Carrera Nocturna Toledo

Después de las últimas crónicas en las que carrera a carrera iba bajando los tiempos, ya tocaba una entrada en la que hablara de sufrimiento y malas sensaciones. No es que esto sea algo negativo, es que uno de vez en cuando tiene que hacer una carrera menos buena para darse cuenta y valorar los buenos tiempos que has ido haciendo en las anteriores.

Desde la carrera de Novés, la semana anterior, no había parado de correr ni un sólo día. El lunes rodaje de 14km a 4:45. El martes 3km muy suaves con mi novia (era día libre). Miércoles 3x2000, que me salieron a media de 3:54/km con buenas sensaciones, aunque la última serie no la pude terminar, me quedé en 1500 (un poquillo de trampa, pero buenas sensaciones). Jueves rodaje de 12km a 4:58/km. El viernes series cortas, 8x300, a una media de 3:20/km. El sábado, por la mañana, 40' a 5'/km y por la tarde carrera en Toledo. El domingo, pensaba hacer 45' suaves, pero me tocó ayudar a unos que habían tenido un accidente con dos coches dentro del pueblo (nada grave) y me cortó todo el ritmo y se me hizo tarde, por lo que lo dejé en 5km. Esto completó la semana de entrenamientos con más km que llevo hasta ahora desde siempre. Unos 75km, que no es una carga para nada destacable, pero sí para mí. Lo bueno, que las piernas se han ido recuperando bien los días siguientes a tiradas duras y, en la carrera, he aguantado dignamente.

Bueno, más allá del detalle de los entrenamientos, aquí vengo a hablar de la carrera. Sabía que pintaba dura, conozco Toledo y no me iba a resultar fácil correr por el casco antiguo.

Tuve la suerte de ir con mis padres, ya que mi novia por trabajo no pudo acompañarme finalmente, ellos se vinieron conmigo y se quedaron con la mochila mientras corría. Todo un detalle que me acompañen y animen, y más cuando el cielo amenazaba lluvia durante toda la tarde.

Calentando por Zocodover y el Alcázar pude ver la grandísima cantidad de corredores que aquí se daban cita, según la organización, 1500. Todo muy masificado para lo pequeña que es la ciudad. En la salida me coloco como en quinta fila de lo que creo que será el arco de salida. Nada más lejos de la realidad, el arco está unos 50m más adelante, por lo que me quedo en medio de una marea humana que tardará unos 30" en salir después del bocinazo de salida. Como era de esperar, el primer km me toca adelantar a mucha gente, trotar detrás de algún grupo que va a su bola ocupando toda la calle (estrecha). Adelantar por las aceras, buscar huecos imposibles para coger algo de ritmo, pero es imposible. Esto además, se combina con dos buenas cuestas nada más comenzar, que ya templan las piernas. Este primer km lo hago en 4:26. Si hubiera salido mejor colocado, probablemente hubiera rondado los 4'. El segundo km lo esperaba más despejado, sigo adelantando gente, y ahora además, las calles son más estrechas, hay muchos giros y no cojo un buen ritmo. Lo hago en 4:23. El tercer km parece que empieza a dejar a cada uno en su sitio, aunque es difícil seguir un ritmo fijo, pues hay multitud de giros en calles estrechas, gente taponando delante, subidas y bajadas fuertes, el suelo de piedra resbala, hay pivotes, alcantarillas, canales de agua en medio de la calle y todo lo que nos podamos imaginar que hacen de la carrera más un cross urbano. El tercer km, con pendiente favorable, lo hago en 4:07. He intentado apretar algo el ritmo para mejorar mi tiempo, pero desconocía lo que me quedaba delante. A partir del km 3,5 comienza una subida por San Juan de los Reyes que me empieza a costar. Las pulsaciones no van altas, pero las cuestas, como siempre, se me atragantan y no puedo apretar más. Aquí me pasan algunos corredores, y bajo el tiempo para marcar el cuarto km en 4:37. Un ritmo bastante más lento que lo que llevaba hasta ahora. El quinto km es el que de verdad me hace sufrir. La mayor parte es en subida, y no me encuentro cómodo. Voy acortando la zancada, buscando subir de la mejor manera posible, pero las piernas superduras no aguantan más velocidad. Al final lo paso en 5:04, un claro bajón. De aquí a meta ya iba mirando el reloj, para ver cuanto quedaba. Una última subida y una bajada de unos 400m me llevan de nuevo hasta Zocodover, pudiendo sprintar algo al final, para hacer una media final de 4:32/km.

Está claro que esta carrera no es para hacer MMP, pero esperaba hacer bajado de 4:30/km. De todos modos, la cantidad de inconvenientes con los que he contado, creo que son suficientes para estar contento. Me lo tomé como un entrenamiento de cuestas, y así hice.

El domingo, si hubiera sido una carrera muy sufrida, no habría podido rodar lo poco que hice (5km) al ritmo de 4:42/km. Me encontré bastante cómodo y creo que la carrera resultó un buen entrenamiento para seguir mejorando mi forma.

Ahora me quedan 3 semanas hasta el objetivo. Este próximo fin de semana no competiré, por lo que lo dedicaré a entrenar sábado y domingo. La siguiente semana, el día 3 de noviembre, vuelve la carrera de Fuensalida, en la que espero estar cerca de los 4'/km. Incluso debería estar por debajo si todo va sobre lo previsto, pero no me quiero colar y ser demasiado optimista por aquí, que ya sabemos lo que pasa después. Finalmente, el día 10, será la carrera Marca, donde me pondré a prueba para tratar de cumplir mi objetivo de bajar de 40' en un diezmil.

Como colofón, el 24 de noviembre, me voy a correr la media maratón de San Sebastián. Si todo marcha sobre lo previsto, podría llegar a cumplir mis objetivos del 2013 durante el mes de noviembre. Y si no, pues lo habré disfrutado como un enano entrenando.